jueves, 14 de junio de 2012

Esta guerra mía...

Esta guerra mía no está ni por mucho a punto de terminar, pero puedo decir, con toda propiedad, que soy otra. Me quedan muchísimas cosas que perdonar y perdonarme, pero éste atropello que me dió la vida, sirvió para cambiar algo en la esencia.

Me he convertido en una mujer más fuerte, más segura. Aprendí que ningún dolor dura por siempre, y que tarde o temprano las lágrimas dejan de salir ( aún así he de confesar que de repente me sorprenden en cualquier esquina de la casa, a cualquier hora, usualmente de noche, cuando todo está en silencio y en calma. Cuando la mente no tiene nada en que ocuparse, entonces de repente y solo a veces, muy pocas veces, me encuentro llorando, recordando, odiando y amando... esas cosas no sé cuando van a desaparecer. Quizás nunca, porque para hacer desaparecer mi memoria y mis sentimientos, tendría que morirme... ésto también he de confesar que en algún momento lo pedí desde lo más profundo de mi corazón, como esos deseos que uno pide de niño, a ojos cerrados y dedos cruzados... pidiendo un milagro... desaparecer para siempre, para no llorar ni sentir más).

El corazón ha sanado mucho, más de lo que podía haber imaginado algún día y realicé que ese músculo tiene una capacidad increíble de regeneración espontánea. 

Puedo decir te quieros, puedo tomarlo de la mano y mirarlo a los ojos y suspirar. Puedo besar y puedo desear. Mi ritmo interno va acelerando poco a poco el proceso de re-amar.

Por lo contrario, tengo muchísimos problemas, gravísimos, cuando me dice " te amo". Aún no lo puedo procesar. Todavía no sé que significan "ahora" esas palabras cuando me las dice al oído o cuando me las escribe. Dejarme amar de nuevo es el paso más grande y dificil que tengo que dar, y aún no estoy preparada. 

Cuando al fin deje que me ame de nuevo, me habré despojado de ésta armadura, y tengo pánico de volver a sentir como sentí.

Prefiero entonces quedarme así por el momento: Dando, ofreciendo, consintiendo, abrazando, acariciando, besando, cocinando, curando. Manejando lo que yo siento, lo que veo, lo que puedo ser. Yo sola con mi amor. Aún no puedo recibir. No sé que necesito. Cuando llegue lo sabré... sin duda lo sabré.





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