Hoy no creo en el amor. Me lo mataron. Me lo arrancaron del corazón. No se puede vivir con ésta grieta tan profunda en el alma y teniendo la esperanza de que el amor verdadero existe. Son dos conceptos que simplemente no pueden vivir dentro de la misma persona.
No es posible que la persona que uno más ama en el mundo sea capaz de hacer un daño tan devastador e irreversible.
Todos los días pienso en esa mujer. Es un tormento. Se me aparece, en los rincones de mi vida, en cualquier momento y en cualquier lugar. Es como un fantasma que me persigue, que no me deja dormir.
Empieza una mañana más. Voy a ir a hacer desayuno, pretendiendo que todo está bien, que ya casi no duele. Pretendiendo que se me olvidó o que no pienso en ellos. Recibir éste 17 de enero con mi mejor sonrisa. No sé si tanto esfuerzo valdrá la pena...
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