" Yo nunca perdonaría una infidelidad " , me repetía a mi misma y a cualquier persona cuando el tema se tocaba en una mesa de tragos o una reunión entre amigas.
Hace un mes, buscando donde no tenía que buscar, encontré unas fotos en la computadora de mi esposo, de una mujer que aparentaba ser alguien especial. Habían mas de 500 fotos de ella, en todas las poses, lugares, ropas y ambientes que podría imaginarme. Fotos con enaguas, pantalones, traje de baño, vestidos... es más, hasta un folder con unas fotos pasaditas de tono, titulado " sexy".
No podía creer lo que veían mis ojos. Me dieron nauseas, ganas de llorar, de romper algo. Seguí buscando como loca, mirando detalles, estudiando de arriba a abajo a aquella mujer, de la que tenía mil fotos, buscandole cada pequeño defecto, cada pose, cada cara, cada mirada. El mundo se detuvo cuando de repente miro un cuadro con el nombre de ella y abajo escrita esta leyenda: " Los momentos que he pasado a tu lado son incomparables, únicos que siempre guardaré en mi corazón" .
No podía creer lo que estaba leyendo, de lo que me estaba enterando. Mi esposo habia estado con otra, y eso era innegable.
Los siguientes 15 minutos fueron insoportables. Lloré a más no poder, mis manos me temblaban, vomitaba aire en el piso...
Que hacía? a quien llamaba? que pasaría? Todo daba vueltas en mi cabeza, en mi estómago y en mi corazón.
Quienes éramos nosotros dos? Teníamos mas de un año de tener problemas de comunicación. Muchas cosas estaban en contra. Mi esposo perdió su empleo, lo que aumentó muchísimo el estrés y la tensión entre nosotros. Durante 8 meses, nos tuvimos que mantener con mi salario de medio tiempo y la ayuda que nuestras familias nos dieran. El 2011 fue un año complicado. Mi esposo viajaba mucho buscando proyectos, entradas de dinero (las cuales resultaron escasas) y yo me quedaba sola en casa. Tenemos dos niños, hipotecas, deudas con tarjetas de crédito, gastos de la casa. Practicamente, cada vez que mi esposo salía del país ( unas 8 veces en total, cada ausencia de 3 semanas), me quedaba yo sola dando la cara por nuestro hogar.
Cada día que pasaba me sentía mas enojada. Esta no era la idea de matrimonio que tenía en mi mente, mucho menos la idea de familia o hogar con la que alguna vez soñé. Aquello era más una pesadilla.
Cada vez que el estaba en la casa discutíamos. Siempre habían peleas, insultos, reclamos, tristezas.
Nada, nada justifica una infidelidad.
Logré ponerme de pie y tomar el teléfono. La primera persona que llamé, fue a mi mamá. No podía hablar mucho.. solo alcancé a decirle : "Mami, el tiene a otra mujer"... Un silencio casi sepultural nos envolvió por algunos minutos. Que podría decirle una madre a una hija en tal llanto y sufrimiento?
Poco a poco, entre respiraciones profundas, me pedía que me calmara. Que tratara de controlarme.
En esos momentos, mi esposo estaba fuera del país. Recién se había ido a un entrenamiento de 3 semanas y faltaba una eternidad para que regresara. Yo hubiera deseado tenerlo en frente mío, hubiera deseado abofetearlo, escupirlo, tirarle algo. Pero la vida es sabia, y ahora entiendo que todo sucedió así de esa manera, porque era lo mejor que podía pasar. Tenía 3 semanas para pensar sola, para analizar con la cabeza fría todas las posibilidades antes de encontrarme con el cara a cara.
Nunca antes había llorado tanto en mi vida. LLoraba en el baño, en el cuarto, en la cocina. LLoraba de noche y de día. No dormía, no podía comer. Lo único que tenía en mi mente era a aquella mujer, en sus poses, y a mi marido disfrutando cada segundo que estaba con ella. La mente es poderosa. Habían mil preguntas en mi cabeza. Cada pregunta generaba 3 o 4 preguntas nuevas, y tenía 0 respuestas. Me atormentaban mis pensamientos. Lo que imaginaba. Me pesaban los ojos de tanto llorar y la cabeza de tanto pensar.
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